Con el invierno, llega la lluvia y las enfermedades respiratorias. A pesar de que este año será uno de los más secos de la historia, las bajas temperaturas nos hacen susceptibles a virus y bacterias que pueden producir más de un problema de salud. Te invitamos a conocer las medidas preventivas para afrontar el invierno.
El frío no es la causa directa de contraer una enfermedad. Se relaciona a la exposición directa de las mucosas de la nariz y la boca, las cuales están más vulnerables y facilitan que un virus tenga la oportunidad de colonizar en nuestro cuerpo. El resfrío común, influenza, bronquitis, faringitis, hasta neumonías y neumonitis, son las enfermedades que año a año afectan a los chilenos durante esta época.
Las campañas de vacunación del Ministerio de Salud, han hecho parte del trabajo preventivo. Sin embargo, los niños más pequeños y los adultos mayores, nunca están completamente libres de enfermedades. Por eso, queremos orientarte en algunas medidas para cuidar la salud de los que más quieres:
- Protegerse del contacto con personas infectadas.
- Ventilar diariamente los espacios de mayor concurrencia, como las habitaciones de la casa y la oficina.
- Lavar las manos con agua abundante y jabón. También puedes ocupar alcohol gel.
- Evitar los cambios drásticos de temperatura.
- Mantiene los espacios sin humedad. No seques ropa al interior de la casa.
- Toma bastante líquido y consume abundantes frutas y verduras que contengan vitamina C, como naranja, limón, kiwi, pomelo, tomates y espinacas.
- Utiliza ropa adecuada para protegerse del frío, como bufandas, gorros, parkas y guantes.
- Evita aglomeraciones en espacios cerrados. Es un ambiente que favorece la propagación de virus.
- Usar calefacción no contaminante. Si se utiliza parafina, se recomienda ventilar los ambientes todos los días y, además, encender y apagar la estufa en el exterior.
- Cubre la boca y la nariz de los niños al salir cuando se enfrentan a cambios bruscos de temperatura.
¿Cómo saber si mi hijo/a está presentando problemas respiratorios?
Debes estar atento a las señales de alerta, para que acudas oportunamente a Urgencia. En niños menores de cinco años, debes consultar con tu especialista en las siguientes situaciones:
- Aumento en la frecuencia respiratoria.
- Se le hunden las costillas al respirar.
- Presenta ruidos extraños al respirar o “le silba el pecho”.
- No quiere comer o beber y vomita todo.
- Fiebre superior a 38.5 grados centígrados.
- Decaimiento y somnolencia.
- Ataques o convulsiones.
En niños en edad escolar, adolescentes y adultos:
- Asfixia o dificultad para respirar (o incluso sensación de dificultad para respirar).
- Dolor en el pecho al respirar o toser.
- Decaimiento o cansancio excesivo.
- Fiebre mayor de 38,5 grados centígrados, durante más de dos días.
• Expectoración purulenta o con pintas de sangre